A través de internet,
aproximadamente con un mes de antelación hacemos las reservas de los hoteles y
del billete del ferry.
Para ir a Tánger en ferry desde
España tenemos dos opciones. La primera es la que hemos escogido en anteriores
viajes, con la compañía FRS que opera desde el puerto de Tarifa, es un trayecto
rápido, en 45 minutos aproximadamente te deja en el puerto de la ciudad de
Tánger. Si quieres salir con esta compañía desde el puerto de Algeciras,
dispone de un autobús gratuito una hora antes de la salida de cada ferry que te
lleva desde el puerto de Algeciras al puerto de Tarifa, al regreso de cada
barco a Tarifa también está ese autobús para llevarte de vuelta a Algeciras. Este
año hemos escogido la otra opción para cruzar el estrecho, a continuación la
detallaremos.
Nuestro viaje comienza a las
9:30, María recoge a Juampe en Montijo y pasan a buscarme (Yo me había quedado
dormido y necesitaba unos minutos), de ahí nos vamos a Barbaño a recoger a Javi
y Noe. En este viaje hacemos muchísimos kilómetros en coche por lo que la comodidad
depende en gran medida de la cantidad de bultos que cargamos, por ello las
maletas son lo más pequeñas posibles, llevando solo lo imprescindible, que
conste que la maleta más grande fue la de Javi (ya sabemos quien es el más
presumido del grupo, jeje).
A las 10:10 estamos en la autovía
camino de Algeciras. Nosotros siempre pasamos por esta ciudad porque dejamos el
coche en el Colegio Salesiano de allí (un saludo desde aquí para el actual
director, José Antonio Perdigones). Al cruzar Sevilla hacemos una breve parada
en una gasolinera, para estirar un poco las piernas y que los viciosos puedan
fumarse un cigarrillo. Continuamos el viaje por carreteras secundarias para
evitar el peaje. A las 14:20 llegamos al Colegio Salesiano de Algeciras,
dejamos el coche y nos vamos hasta el puerto, está a unos 15 minutos caminando.
Una vez en el puerto, nos
sentamos a comer los bocadillos que llevábamos preparados. Después de esto, con
el localizador de nuestra reserva nos dirigimos a una ventanilla, teníamos
hecha una reserva para el ferry de las 17:00, pero como vamos muy bien de
tiempo (a las 15:20 ya habíamos comido)
la cambiamos y sacamos las tarjetas de embarque para salir en el ferry
de las 16:00. Los billetes los habíamos comprado previamente por internet, a
través de la web http://www.clickferry.com/.
Otros años los hemos hecho a través de la empresa naviera FRS, que tenía una
buena oferta que consistía en un paquete de 2 noches de hotel más el billete
ida y vuelta por 50 €, incluyendo un autobús gratuito desde el puerto de
Algeciras al puerto de Tarifa (que es desde el que parten sus barcos, para
llegar al puerto de Tánger), pero este año ha subido a 85 €. El billete con
clickferry nos sale por 36.4 € ida y vuelta, partiendo desde Algeciras para
llegar aTánger Med. Tanger Med es un nuevo puerto que está a unos 40 km de Tánger.
Puerto de Algeciras |
Ferry, al fondo el Peñón de Gibraltar |
Noe y Javi en el ferry |
Nuestro billete es para un barco
de la empresa Acciona, sale con 45 minutos de retraso y va muy muy lento. Tarda
una hora y media en cruzar el estrecho, mientras que los de FRS lo hacen en 45
minutos. Además la cola para sellar el pasaporte (algo imprescindible antes de
salir del barco) es eterna, estamos en ella más de media hora, sufriendo
empujones y riñendo con un francés!! Al bajar del barco, un autobús está
esperando para llevarnos hasta la entrada del puerto. Allí hay una línea
regular de un autobús gratuito que te lleva hasta Tánger, esperamos una media
hora a que llegue este servicio. En ese tiempo conocemos a un grupo de
estudiantes Erasmus de Granada y hacemos el viaje hasta Tánger con ellos (45
minutos de trayecto). El autobús nos deja en una zona que se llama algo así
como “Mahatna”, hay muchos taxis por allí para llevarnos al hotel. Nos alejamos
un poco caminando para no sufrir el abuso de los taxistas que están en la zona
esperando a los que llegan en ese autobús procedente del puerto y finalmente
negociamos con uno de ellos para que nos lleve hasta nuestro primer hotel, por
30 dirhams (2.72 €)
En nuestro viaje, la primera
noche y la última las pasamos en Tánger, en ocasiones anteriores nos hemos
alojado en el Hotel Continental y el Tanjah Flandria. Como el precio de los dos
es muy similar, decidimos reservar una noche en cada uno de ellos para que los
nuevos viajeros conozcan los dos hoteles. El Hotel Continental será nuestra
primera parada, se encuentra en la medina, es un Hotel muy clásico en la
ciudad, en la época dorada de Tánger pasaron por él personajes muy ilustres de
la época, desde Churchill hasta Gaudí. Al hacer
la reserva (a través de atrapalo.com) solicitamos preferentemente
habitaciones de la primera planta con vistas a la terraza (que en el último
viaje nos pareció que tenían mejor apariencia), pero vamos…como el que oye
llover, porque no nos hicieron ni caso a la petición.
Nos instalamos en las
habitaciones, una doble y una triple, y nos vamos a pasear por la medina y
buscar una casa de cambio para conseguir nuestros primeros dirhams. En la calle
principal que sube desde el puerto a la medina, atravesando el petit zoco hay
muchas casas de cambio, todas con la misma tarifa, 1 € = 11.03 MAD (dirhams).
Después de cambiar seguimos caminando sin rumbo por las callejuelas, pasando
por la zona del mercado, una primera impresión fuerte para los viajeros
primerizos en Marruecos. Allí puede verse la carne colgando en las calles, con
unas condiciones higiénicas dudosas, experimentas un impacto visual que va
acompañado por la mezcla de olores fuertes, es una sensación nueva que te
golpea y te descubre que realmente estás en otro país, en otra cultura muy
diferente a la tuya, sientes el cambio de sensaciones al pasar de la zona de la
carne a la del pescado, a la de las especias, las hortalizas para finalmente
subir por un acceso no muy limpio y volver a coger aire en una de las plazas
principales de la ciudad. Nada más salir aparece la primera pareja de niños, de
unos 10-12 años, ofreciéndonos amablemente indicarnos donde está la plaza o
donde está cualquier cosa para seguidamente pedir “1 euro”, hay que rechazarlos
inmediatamente y comenzar a ignorarlos para que vean de forma clara y sin lugar
a dudas que no les vamos a dar nada. No se trata de una actitud egoísta por
nuestra parte, pero son niños, y su trabajo no puede ser el de seguir a turistas
y viajeros para vivir de sus propinas, si nosotros les damos algo estamos
fomentando eso y realmente no les estamos ayudando para nada, los estamos
condenando a que sigan viviendo de esa mendicidad. En esta plaza compramos agua
y unos refrescos y nos sentamos para cenar los bocadillos que llevábamos
preparados. Una plaza llena de personas, con casi todos los bancos y sitios
donde poder sentarse llenos por grupos de personas, la mayoría de mujeres
cubiertas con velas y muchísimos niños correteando por toda la plaza, una
imagen que podría ser de una plaza de España, sin embargo “algo” diferente se
nota en el ambiente general. Alrededor de la plaza el caos del tráfico marroquí
es evidente, tantos carriles como coches caben en la calzada, los petit taxis
parando donde les parece para dejar o recoger pasajeros, peatones cruzando por
cualquier sitio esquivando espejos y morros de coches, el claxon es un sonido
ambiental normal.
Después de descansar un rato en
la plaza, nos vamos caminando por la avenida que lleva hacia la parte nueva de
la ciudad, paseamos por allí y nos vamos a un restaurante que está en un primer
piso con vistas sobre la avenida y hacia el mar, se trata de “La Giralda”, un
local muy decorado y con cierto “lujo”, frecuentado por personas de clase media
marroquí (que son muy pocos). Allí nos tomamos unos batidos de helado muy muy
ricos J.
Después de eso nos volvemos paseando a nuestro hotel.
Nos juntamos un ratillo en la
habitación, comentamos toda la jornada, nos duchamos y a la cama!!
Con el grupo de los "Erasmus" |
Habitación del Hotel Centra |
Baño en habiación del Hotel Continental
día 2 de abril de 2012
(LUNES)
Nos despertamos aproximadamente a las 8:00 porque hemos quedado para
desayunar a las 8:15. El desayuno está incluido en la reserva. La zona donde se
sirve es una de las más bonitas del hotel, dispone de una terraza con vistas al
puerto de Tánger, pero como el día ha amanecido con una ligera lluvia, no
sentamos en el comedor interior. Nos sirven zumo de melocotón, café, un plato
con dulces y “croassanes”, mantequilla y mermelada.
A través de internet, con la empresa
www.calypsotanger.com habíamos
reservado un coche de alquiler, un Dacia Logan gasolina o similar para tres
días. A las 9:00 de la mañana nos esperaba en la recepción del hotel un
responsable de la empresa para entregarnos el vehículo y la documentación. Nos
informa que no le queda ningún coche de gasolina de la categoría de nuestra
reserva, por lo que nos dan uno diesel por el mismo precio. El coche está muy
nuevo y tiene muy pocos kilómetros.
A las 9:30 aprox. estamos
montados en el coche, saliendo del hotel y viviendo la aventura de cruzar
Tánger buscando la carretera en dirección Tetuán para después desviarnos hasta
Chefchaouen, con la única ayuda de un mapa Michelín de carreteras de Marruecos.
El primer año que visitamos esta zona, hicimos una parada en Tetuán para
conocer la ciudad pero pensamos que no merece la pena perder tiempo en ella y
hacemos el viaje directo a Chefchaouen, haciendo solo una parada en el camino
para descansar un poco en una zona en mitad de las montañas con vistas a un
precioso lago.
Lago camino a Chefchaouen
Lago camino a Chefchaouen
Chefchaouen, Chaouen o Xaouen es
un pueblecito encantador, situado en un amplio valle de la cordillera del Rif,
donde se respira un aire fresco y limpio, con una medina pequeña y manejable.
La mayor parte de los edificios son de un cegador azul claro. Llegamos a él a
las 12:00, tardando unas 2 horas y media aproximadamente desde que salimos de Tánger,
la distancia puede es de 105 km pero las carreteras tienen muchas curvas y hay
mucho tráfico, por lo que no podemos ir a mucha velocidad.
Al llegar a Chaouen buscamos el
Hotel Parador, dejamos el coche en los aparcamientos que tiene (acordando con
el “guarda” pagarle 4 mad al recogerlo al día siguiente), y entramos en la
medina para buscar nuestro nuevo alojamiento. A través internet teníamos hecha
una reserva en la Pensión Gernika (hostalgernika@hotmail.com), que estaba muy
bien recomendada en los foros de viajeros, reservamos una habitación doble y
una triple por 100 mad por persona. La Pensión Gernika está a 5 minutos andando
desde donde dejamos el coche, muy cerca de la Kasba y la plaza Uta el Hammam.
Es una casa con 3 plantas y unas 3 habitaciones en cada una de ella
aproximadamente, en la planta baja está la recepción, una pequeño comedor y una
salita con una chimenea que da un olor a leña quemada muy agradable por todo el
edificio. En la parte superior tiene una terraza en dos niveles, pequeñita pero
muy encantadora, con unas vistas inmejorables a las montañas. Las habitaciones
son pequeñas, pero muy acogedoras, con todo lo esencial.
Habitación en la Pensión GernikaVistas en la terraza de la Pensión Gernika
Terraza de la Pensión Gernika
Una vez dejadas la maletas en las
habitaciones, y aprovechando que no llueve, salimos a dar una primera vuelta
por la medina. Pasamos por la Plaza Uta el Hammam y caminamos sin mucho rumbo
por las calles más cercanas a la kasba, sin alejarnos de esa zona para hacer
tiempo y después comer por allí. Mientras paseamos hay momentos en los que
llueve, pero es una fina lluvia y entre las calles estrechas no nos mojamos
demasiado por lo que podemos andar con cierta tranquilidad; además, no sabemos
si sería por la lluvia o porque era muy temprano, pero la mayoría de las
casas-tiendas están cerradas y hay muy poca gente por las calles Pasear con esa
tranquilidad después de venir de Tánger es una sensación extraña pero muy
gratificante, las calles con esa luz azul cobran aun más encanto y nos permiten
disfrutar de una manera especial de nuestra visita. Cruzamos la medina y
salimos por la puerta Bab Al-Ansar, donde el río que baja de la montaña se
acerca al pueblo y hay una zona donde las mujeres actualmente bajan a lavar la
ropa con el agua del río. En este trayecto nos cruzamos con algo que realmente
nos sorprendió a todos, más que nada por que no teníamos ni idea de qué estaba
pasando: nos cruzamos con un grupo de mujeres, la mayoría de ellas vestidas de
blanco, que iban cantando y gritando de forma muy alegre, a nosotros se nos
vino a la mente el típico grupo de amigas que (en España) van junto a la novia
el día de su despedida de soltera, cantando y riendo con ella. No sabemos si
será algo parecido o no tiene absolutamente nada que ver…pero ahí se queda por
sí alguien algún día puede explicarnos de qué se trataba.
Hamam (casa de baño público)Fuente pública en Chefchaouen Medina de Chefchaouen Medina de Chefchaouen Zona de lavadero junto al río Medina de Chefchaouen
Medina de Chefchaouen
Cuando se acercó la hora de comer
estuvimos mirando en varios restaurantes para ver qué ofrecía cada uno y a qué
precios, estábamos indecisos entre comer en uno de los que están justo en la
plaza Uta el Hammam y otro que lo llevaba un catalán y estaba por encima de la
plaza, en una terraza con vistas a la kasba. Optamos por este último. Comimos
tajin de kefta, couscous con pollo y tres platos combinados de huevos,
pinchitos y patatas, 2 botellas grandes de agua y 3 tes, todo por 32.4 dirhams
por persona.
Después de comer fuimos a visitar
la kasba (fortaleza). Está en la plaza Uta el Hammam y es muy pequeña, una
parte está convertida en un museo etnográfico donde te explican a través de
paneles la historia de Chaouen, también hay trajes típicos, armas y utensilios
de trabajo y el hogar. Se conserva una de las torres, a la que se puede subir y
hay unas vistas muy buenas sobre el pueblo. Otra parte interesante que tiene es
la antigua prisión. Lo demás es una zona de jardines donde puedes descansar un
rato si estás en un día muy caluroso.
Plato combinado Vistas desde de la torre de la kasba Tajin de kefta
Restaurante de Chechchauen
Jardín de la kasba
Juampe en el jardín de la kasba Jardín de la kasba
Noe en espejo del museo etnográfico
Juampe en el interior del museo etnográfico Noe y Javi en el interior del museo etnográfico María y Paco en el interior del museo etnográfico Parte interior de la kasba Interior de la kasba Prisión de la kasba Prisión de la kasba
Vistas desde la torre de la kasba
Después de visitar la kasba,
volvemos a recorrer la medina, sn rumbo fijo llegamos hasta la puerta Bab
Al-Ain y volvemos a atravesar toda la medina hasta la zona del lavadero. Ahora
se ven muchas más tiendas abiertas y más gente por las calles. Paramos un rato
en la tienda de Abderrahim Hackem, un joven de 22 años con el que hablamos
durante largo rato. Cuando llegamos al final de la calle, a la zona del río,
nos sentamos en la terraza que hay justo al bajar, frente a las montañas,
compramos unas bolsas de chuches y paramos al menos una hora allí sentados
tomándonos unos tes, zumos o café a gusto de cada un@ . Las bolsas de chuches
nos cuestan 1 dirham cada una (menos de 10 céntimos de euro) por lo que
compramos de todos los modelos que vemos para probar de todo!!
Cuando va cayendo la noche nos
ponemos en camino otra vez y buscamos un lugar para cenar, pasamos por una
pizzería que no conocíamos, muy cerca del Hotel Parador (Pizzería Mandala),
pero no había sitio para sentarnos y finalmente decidimos ir a otro restaurante
donde ya habíamos cenado otro año. Antes de llegar, pasamos por un hotel que
nos pareció muy bonito por fuera y decidimos entrar para ver si podíamos verlo
y preguntar precios para un futuro viaje. Se trataba de un hotel nuevo en el
interior de la medina, muy cerca del nuestro y está dirigido por un español, el
Riad Nerja es una casa reformada muy similar a la Pensión Gernika pero más
amplia y bastante acogedora. Si en un futuro volvemos a Chaouen nos alojaremos
en este hotel (www.riadnerjachaouen.com).
Después de cenar todos tajines de
pollo, patatas fritas y ensalada, nos volvemos al hotel. Al llegar pasamos un
ratillo hablando en la terraza, donde había varios grupos de jóvenes, es una
pena que nuestro viaje sea tan rápido pasando de una ciudad a otra cada día, si
pudiésemos estar más tiempo en cada sitio estos momentos son ideales para
conocer a gente. Después de este ratillo nos vamos a las habitaciones, nos
duchamos y a dormir.
Maquina de palomitas en Chaouen
Medina de Chaouen Medina de Chaouen Medina de Chaouen
Terraza en la Medina de Chaouen
día 3 de abril de 2012 (MARTES)
Nos despertamos a las 8:00, recogemos las maletas y salimos del hotel.
A las 8:30 estamos montados en el coche y salimos de Chaouen para ir a la
ciudad de Fez. Salimos por una carretera siguiendo las indicaciones a la ciudad
de Ouezzane y una vez allí nos desviaremos hacia el sur, a Fez. En total recorreremos
una distancia de 206.8 km. En un principio la carretera es igual que en el
trayecto a Chaouen el día anterior, obligándonos a llevar una velocidad media
de 60-70 km/h, pero cuanto más al sur estamos la pista va mejorando,
desaparecen las pendientes y aparecen tramos rectos en los que podemos ir más
rápido, con mucho cuidad con los límites de velocidad porque hay numerosos
controles de policía con radares. A las dos horas aproximadamente, pasamos por
una recta muy larga que desciende y cruza una lago pequeño, ahí paramos unos 15
minutos para comer algo de la comida que llevábamos para los viajes largos.
Continuamos y poco después nos encontramos a la izquierda con unas vistas de
postal, un enorme lago con unos montes al fondo.
Ya habíamos pasado por ahí en los dos viajes anteriores y ahora
observamos una diferencia muy grande en el paisaje, el volumen de agua ha
descendido muchísimo. Zonas que antes estaban totalmente cubiertas de agua
ahora se utilizan como campos de cultivo. Aquí paramos unos 5-10 minutos y
después continuamos el viaje hasta Fez. Finalmente, a las 12:00 después de 3
horas y media de viaje llegamos a la puerta del Hotel Jnane Sbile de Fez.
Fez, con casi un millón de
habitantes, es la tercera ciudad del país después de Casablanca y Rabat. Sin
embargo, está considerada como el centro religioso y cultural de Marruecos. Su
universidad, famosa por el estudio del árabe y la religión musulmana, la
convierten en punto de paso de un gran número de estudiantes marroquíes. Es la más antigua de las ciudades imperiales
marroquíes.
La ciudad se divide en tres
zonas, Fez el-Bali, la zona antigua, dentro de las murallas, Fès el-Jdid, la
zona nueva, donde se encuentra la Mellah, el barrio judío, y la Ville Nouvelle
(Villa Nueva), la zona francesa en el noroeste de la ciudad. La medina de Fez
el-Bali, la mayor de las dos de la ciudad, es la mayor zona peatonal del mundo,
y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981. Orientarse por ella puede resultar muy
confuso, pero el ir perdiéndose y encontrando de nuevo el camino constituye un
modo estupendo de explorar el barrio antiguo.
El primer año que estuvimos en
esta ciudad nos alojamos en el Hotel Jnane Sbile, bonito y situado a 150 metros
de la puerta Bab Boujloud, una de las principales entradas a la medina. Tras
mandar varios e-mails a la dirección que aparece en su página web y no obtener
respuesta, hacemos la reserva a través del portal www.hoteles.com. Al no disponer de
habitaciones triples libres, reservamos dos dobles y en una de ellas pedimos
una cama supletoria, saliendo la reserva final por 152 MAD por persona (13.78
€).
Habitación del Hotel Jnane Sbile
Tras dejar las maletas en las
habitaciones, nos dirigimos hacia la puerta Bab Boujloud, donde normalmente hay
guías oficiales para contratarlos. Al llegar no vimos a ninguno, pero al rato
se acercó un señor de unos 40 años, diciéndonos que el era guía. Le preguntamos
precio y varias cosas más, porque la primera impresión que tuvimos de él no fue
muy fiable, incluso le pedimos que nos mostrara su tarjeta de identificación
como guía oficial. Los años anteriores, lo guías oficiales que habíamos visto
llevaban colgando del cuello una credencial que los identificaba como guías
oficiales, este hombre nos mostró una que llevaba guardada en el bolsillo y
volvió a guardársela después de mostrárnosla. Tal vez esa fuera la clave, los
guías oficiales siempre la llevan en lugar visible, incluso durante la visita.
El caso es que como tampoco vimos a ningún otro, quedamos con él en que íbamos
a dar una vuelta cortita por nuestra cuenta, comeríamos y sobre las 3 del
mediodía volveríamos a salir para comenzar con él la visita guiada. Y así lo
hicimos, dimos una vuelta por las dos calles principales y volvimos a la
entrada para buscar un restaurante en el que comer; tras mirar varios nos
decidimos por repetir en el del Chef Said, donde ya habíamos comido en otras
ocasiones. Como entrantes nos puso unos platitos pequeños de lentejas y
frijones que estaban muy muy buenos, con un puntito picante, además pedimos
tajines de kefta y pinchitos de pollo, de postre nos puso unos dulces típicos y
unas naranjas con fresas, además del te de menta. Comimos en las mesas que
tenía en la calle, muy cerca de la puerta de la medina, un lugar muy transitado
y siempre acompañados por una música de fondo…el disco completo de los Gipsy
Kings!
Tal y como habíamos quedado,
sobre las 3 del mediodía salimos a buscar a nuestro guía para comenzar con la
visita oficial a la medina de Fez. Durante algo menos de 2 horas estuvimos
andando por un laberinto de más de 9000 callejuelas. Visitamos el barrio de las
curtidurías y entramos en una de ellas, supuestamente la más antigua de toda
África, allí nos explicaron todo el proceso que se sigue para elaborar los
productos de cuero, desde que se arranca la piel del animal hasta que se vende
el producto en un cooperativa. El olor en la terraza de la curtiduría era muy
fuerte, para aliviarlo un poco nos dieron unas ramitas de menta para ir
oliéndola. También visitamos una farmacia tradicional, donde nos explicaron
cómo producían aceite de argán y sus productos derivados con todas sus
funciones y utilidades beneficiosas; en esta farmacia también elaboraban
cantidad de perfumes, cremas y productos todos hechos con materiales naturales.
También nos llevó a una cooperativa donde se fabricaban alfombras y tapices,
algunos según su tamaño podían costar hasta 30000 €; pudimos ver como tres
mujeres trabajaban en un telar tradicional en la confección de una alfombra,
nuestras 3 chicas probaron y experimentaron el trabajo, un proceso muy duro, de
una dificultad elevada que requiere de una gran memoria para saber que color de
hilo usar en cada momento conforme al dibujo que debe tener el producto final.
También hicimos la visita típica a una tienda de multitud de pañuelos, telas y
vestidos de mil colores diferentes, donde enseñan a los turistas a colocarse un
pañuelo en la cabeza a la forma tradicional. Aunque pueda parecer que la visita
guiada fue muy completa, los que habíamos estado otras veces supimos que algo
fallaba, el guía no explicaba prácticamente nada y eso hace que la visita
“pierda mucho color”. En otras
ocasiones, los guías no paraban de hablar y explicar todo lo que íbamos viendo,
además nos hablaban mucho de su cultura, de la vida diaria de allí, de su
organización social, muchos pequeños detalles que hacen que una visita a una
ciudad pueda verse en color o en blanco y negro, desgraciadamente este guía
“oficial” nos llevó por la visita en blanco y negro.
Cuando acabó la visita guiada
seguimos callejeando por nuestra cuenta, era el momento para parar en las
cientos de tiendas y puestecillos que había por cualquier sitio. El momento de
las compras de zapatillas de imitación (aunque recomendamos para esto las
tiendas de Asilah), la hora de regatear para conseguir el mejor precio posible.
Y así estuvimos hasta las 20.30 aproximadamente, de tienda en tienda, comprando
zapatillas, pañuelos, teteras, camisetas,… Cuando fueron cerrando las tiendas
nos fuimos al hotel, dejamos las bolsas y con el coche nos fuimos a la parte
nueva de la ciudad. Esta zona no tiene nada que ver con lo que habíamos visto,
se trata de una ciudad totalmente de nuestro estilo, avenidas amplias,
supermercados, McDonalds,…dimos una vuelta con el coche para verla y buscamos
aparcamiento cerca de un restaurante tipo italiano que ya conocíamos de otro
año. Cenamos hamburguesas y paninis con patatas, a un precio muy barato; si
alguien vuelve recomendamos que tengan mucho cuidado con las salsas, Juampe y
Yo echamos lo que creíamos que era mostaza y tuvimos que tirar entera nuestra
hambuerguesa porque eso sabía a pegamento, puajj!!
Después de la cena volvimos al
hotel y mientras las chicas se iban duchando, los chicos fuimos a un pequeño
local chill-lounge que hay justo al lado del hotel a tomarnos algo, es uno de
los pocos sitios “modernos” y que sirven alcohol en la ciudad. Sobre la 1:00 ya
estábamos todos duchados y a la cama!
Bab Boujloud, Fez Restaurante Chef Said Postres en restaurante Chef Said Gatos en una calle de Fez Callejuela de Fez, Javier Ambrona Noelia, Javi y María Telar para confeccionar alfombras Tienda de Fez
Puerta del Palacio Real de Fez
día 4 de abril de 2012
(MIÉRCOLES)
Nos despertamos aproximadamente a las 8:00, recogemos nuestras cosas y
nos vamos al coche. Antes de salir de Fez, subimos con el coche a una colina
donde se encuentran las ruinas del fuerte Borj Norte, lugar donde se disfruta
de una de las mejores panorámicas de la ciudad. Además, en la colina hay un mar
de cegadoras tumbas blancas, las tumbas
benemerines. Después de estar unos
15-20 minutos contemplando las vistas, volvemos al coche y salimos de Fez
siguiendo la dirección Meknes.
Ruinas en las afueras de Fez Los cinco viajeros en Fez
Javi meditando bajo un olivo
Salir de Fez por la dirección
correcta fue de lo más complicado del viaje, es una ciudad muy grande de la que
parten muchas carreteras y tras dudar en varios puntos salimos por donde
pudimos, que no fue la misma carretera que otros años pero llegamos igualmente
a nuestro destino. Solo sabíamos que debíamos seguir las indicaciones para
Meknes, Ouazzanne y después desviarnos hacia Sidi-Kacem, seguir al norte
dirección Souk-el-Arba-du-Rharb y Ksar-el-Kebir, después dirección Larache y
poco antes de llegar a esta ciudad cogemos la autopista hasta Asilah, nuestro
destino. Una vez que salimos de Fez tardamos 3 horas y 20 minutos en llegar a
Larache por carreteras secundarias, donde cogimos la autopista y en media hora
más estábamos en el pueblo de Asilah. En total el viaje duró 3 horas y 50
minutos, haciendo una breve parada de 5 minutos
para mirar el mapa. Por el camino atravesamos una tromba de agua
impresionante, de esas en las que hay momentos en los que no puedes ver la
carretera, y mientras que Yo me agarraba al volante con todos los sentidos en
alerta y Juampe de copiloto intentaba animarme podéis ver como vivieron la
situación el resto de “compañeros”:
Dormidos y casi roncando…
Asilah es un pueblo pequeñito del norte de Maruuecos, se
encuentra a una media hora de Tánger. Tiene una medina pequeña y manejable, pegada
a la costa con una playa muy corta pegada al puerto, pero siguiendo la costa en
dirección norte se encuentran muchas otras playas en muy buen estado. Un pueblo
en el que es muy recomendable comer pescado, y así lo hicimos.
A pesar de
las dificultades de la mañana para salir de Fez, y de los puntos en los que
pensábamos que estábamos perdidos a lo largo del camino, a las 13:15 ya
teníamos el coche aparcado en Asilah y estábamos caminado hacia el restaurante
donde ya habíamos comido en anteriores viajes. Justo al lado hay una casa de
cambio Wester Union, donde entramos para cambiar algo más de dinero para el
último día y las últimas compras. Después de cambiar entramos en el restaurante
y comimos unas ensaladas, sardinas, calamares y pasta, con la bebida incluida
todo por 4.32 € por persona.
Después de
comer nos fuimos hacia la medina, allí estuvimos paseando y al final del
recorrido fuimos a la zona de las tiendas, hay muy pocas pero son muy buenas
para las compras. Zapatillas, chandals, sudaderas, sandalias, polos,…todo de
muy buena calidad y a muy buenos precios, además los chicos que las llevan son
muy amables, han aprendido español con una profesora andaluza y tienen una
acento mezcla marroquí-gaditano muy curioso.
Puerto de Asilah
Playa de Asilah Muralla en la medina de Asilah Medina de Asilah
Los cinco con los dueños de tiendas de Asilah
Después de estar un tiempo
comprando, sobre las 17:30 salimos de Asilah para ir a visitar algo que
llevábamos varios años intentándolo y no nos había dado tiempo, se trata de las
“Grutas de Hércules”, una cueva que está en una playa muy cerca de Tánger.
Justo antes de llegar a la ciudad, viniendo del sur como veníamos nosotros,
sale una carretera a la izquierda que lleva hasta la costa, continuando por ahí
llegamos al lugar que buscábamos. Es importante llegar con la luz del día, para
poder visitar la cueva y ver como entra el mar en el interior. Es una cueva muy
pequeña y después de pasar una rato en ella y hacernos unas fotos, nos salimos
fuera donde hay varias terrazas en las que te puedes sentar para contemplar el
paisaje, el lugar con el mar rompiendo fuertemente contra las rocas es un sitio
con un encanto especial para ver la puesta de sol.
Exterior de la Gruta de Hércules Gruta de Hércules Exterior de la Gruta de Hércules Exterior de la Gruta de Hércules
Gruta de Hércules
Tras la puesta de sol volvimos al
coche y continuamos hasta Tánger, estábamos muy cerca, a unos 10-15 minutos. El
problema en ese momento fue entrar en la ciudad y situarnos para llegar hasta
nuestro hotel. Para esta última noche teníamos alojamiento en el Hotel Tanjah
Flandria, que se encuentra justo en la avenida principal de la parte céntrica
de Tánger (Bulevar Mohamed V),
frente al Hotel Rembrandt. El hotel lo han reformado en los últimos años y ha
mejorado bastante, en la última planta han construido un moderno spa (de pago)
y una piscina de uso común en la terraza. Justo enfrente acaban de construir un
centro comercial “Tanger Boulevard” muy moderno, con una terraza con vistas al
mar donde hay varios restaurantes. La noche en este hotel en régimen de
alojamiento y desayuno nos costó 23.30 € por pax. El mejor precio para esta
reserva lo encontramos en la web www.atrapalo.com.
Al llegar al hotel paramos justo
en la puerta y llamamos por teléfono a la empresa de alquiler del coche para
que vinieran a recogerlo, tardaron unos 15 minutos y tras revisar que estaba
todo en orden cogimos nuestras cosas y nos instalamos en el hotel en el que
pasaríamos nuestra última noche. Después de dejar las cosas y descansar unos
minutos, nos fuimos a una de las mejores pizzerías del mundo, la pizzería
Gondole se encuentra dos calles paralelas por debajo del hotel. Está regentado
por un italo-marroquí, cocinan las pizzas en un horno de leña, es un local
pequeño con pocas mesas y tuvimos que hacer cola durante un ratillo, pero
merece la pena.
Pizzería Gondole
Después de cenar nos fuimos al
paseo marítimo para dar un paseo, entramos en una de las discotecas más famosas
de Támger, la “555” es un local muy moderno, cuenta con una terraza con
piscina, un salón comedor independiente y una discoteca cerrada. Por ahí pasan
DJ’s conocidos internacionalmente y se organizan muchas fiestas. Los precios de
las bebidas son muy similares a los locales de España. A lo largo del paseo hay
varios locales más, pero solo entramos en el “555”. Continuamos con nuestro
paseo y cuando comenzó a chispear nos volvimos al hotel, nos tomamos un te en
la cafetería para hacer un poco de tiempo y sobre las 12 de la noche nos fuimos
a las habitaciones, un rato de charla tranquila y a dormir!
Recepción del Hotel Tanjah Flandria
día 5 de abril de 2012
(JUEVES)
Nos despertamos aproximadamente a las 9:00, recogimos nuestras cosas y
nos fuimos al comedor del hotel para desayunar. El desayuno es tipo buffet con
café, zumos, leche, dulces, tostadas, cereales,… Después de desayunar teníamos
pensado salir por Tánger para dar una última vuelta por la medina para comprar
las últimas cosas, pero el tiempo estaba muy malo y llovía con bastante
intensidad por lo que estuvimos casi una hora en la recepción del hotel
esperando a que el tiempo mejorara. Cuando nos cansamos de esperar salimos a la
calle y cobijándonos donde podíamos llegamos al zoco y al poco rato dejó de
llover y pudimos pasar el resto de la mañana con tranquilidad por las
callejuelas de tienda en tienda.
Sobre las 13:00 pasamos por una pastelería para comprar unos dulces
típicos y traerlos de regalo para la familia, y después de esa compra nos
fuimos a uno de los restaurantes nuevos que había en la terraza del “Tanger
Bulevar”, frente a nuestro hotel. Allí comimos en un sitio muy bonito con
vistas al mar. Después de la comida recogimos las maletas del hotel y cogimos
un taxi que nos llevó hasta el punto donde nos dejó el primer día el autobús
gratuito que enlaza la ciudad con el puerto Tánger Med. A las 15:00 salió el
autobús y nos llevó al puerto en unos 45 minutos aproximadamente. Allí tuvimos
que esperar mucho tiempo hasta la salida de nuestro barco, teníamos reserva en
el que salía a las 18:00 pero se retrasó y salió casi media hora tarde. Cuando
llegamos a Algeciras eran las 22:30 hora española. En el puerto cogimos un taxi
Javi y Yo para que nos llevara hasta el Colegio Salesiano a recoger nuestro
coche y volver al puerto a por el resto de pasajeros. A las 23:00 estábamos en
el coche camino a Puebla de la Calzada. Al salir de Sevilla vimos un McDonalds
abierto 24h al pie de la autovía y paramos una media hora para cenar algo.
Continuamos el viaje y a las 3:30 estábamos de regreso en Barbaño City para
dejar a Javi y Noe en sus casas, el viaje continuó hasta Montijo para dejar a
Juampe y parar en su puerta para que pasara una procesión. Finalmente, a las
4:00 de la madrugada me bajaba del coche en la puerta de mi casa y daba por
finalizado el viaje, oooohhhhhhhhh…pero bueno próximamente máaaassss!!!! Próximo destino… Estámbul? Croacia? Praga de
nuevo? Polonia?
Medina de Tánger Restaurante en Tánger Bulevar
Puerto de Algeciras
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